En el contexto de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, lanzó una advertencia respecto a la posible manipulación de divisas por parte de China. Navarro se refirió al yuan chino, sugiriendo que Beijing podría considerar una devaluación de su moneda para contrarrestar los efectos de las tarifas impuestas por Estados Unidos.
Advertencia sobre la manipulación de divisas
En una reciente declaración, Peter Navarro expresó su preocupación por las tácticas monetarias de China, argumentando que manipular el valor de su moneda podría otorgarles una ventaja injusta en el comercio internacional. Este tipo de acciones, señaló, son una amenaza significativa para el equilibrio económico global. Navarro afirmó:
“La manipulación de divisas es algo que no podemos tolerar, especialmente en un momento en que estamos trabajando por un comercio justo y balanceado.”
Navarro destacó que, al debilitar artificialmente el yuan, China podría facilitar sus exportaciones a nivel global, haciendo sus bienes más competitivos al reducir sus precios en mercados extranjeros.
Por otro lado, el Ministerio de Comercio de China ha considerado mecanismos para minimizar el impacto negativo de las políticas comerciales de Trump. Este tipo de estrategia podría desencadenar una respuesta aún más dura por parte de los Estados Unidos y escalar en una guerra comercial de consecuencias impredecibles.
A continuación se presentan algunos datos referentes a la situación económica actual entre ambas naciones:
- El déficit comercial de Estados Unidos con China supera los $300 mil millones anuales.
- Las tarifas impuestas por Estados Unidos afectan a más de $250 mil millones en importaciones chinas.
- China es el mayor exportador mundial, siendo Estados Unidos uno de sus principales mercados.
En conclusión, mientras las dos economías más grandes del mundo continúan con sus tira y afloja comerciales, la posibilidad de que China devalúe el yuan podría intensificar aún más las tensiones. Las próximas semanas serán críticas para observar cómo ambas potencias gestionan sus diferencias y buscan avenidas para mitigar el impacto en el comercio global.