En medio de la creciente preocupación por la debilitación del yen, el exjefe de divisas de Japón, Masato Kanda, ha lanzado una advertencia sobre posibles intervenciones en el mercado. La moneda japonesa ha experimentado una depreciación significativa, generando repercusiones en la economía doméstica.
Impacto del debilitamiento del yen
El yen japonés ha caído a niveles que no se veían desde hace décadas, lo que está causando inquietud entre los responsables de las políticas económicas y el sector empresarial del país. Un yen más débil impacta directamente en los costos de importación, lo que lleva a un aumento en los precios de los productos para los consumidores y afecta los márgenes de ganancia de las empresas que dependen de materias primas importadas.
Algunos de los efectos observados son:
- Aumento en el costo de vida debido al incremento de los precios de bienes importados.
- Presiones inflacionarias que complican la política económica.
- Beneficios a corto plazo para las exportaciones japonesas, ya que sus productos se vuelven más competitivos en el extranjero.
Durante una reciente entrevista, Kanda expresó su preocupación por el ritmo de la depreciación del yen. Destacó que aunque un yen más débil puede ayudar a las exportaciones, el equilibrio es esencial para evitar un daño prolongado a la economía. En sus palabras:
“Si las fluctuaciones se vuelven demasiado volátiles, estaremos preparados para tomar medidas decisivas.”
Kanda, que supervisó intervenciones cambiarias pasadas, resaltó que Japón tiene recursos suficientes para actuar si es necesario. Las intervenciones en el mercado de divisas no son inusuales en Japón, especialmente cuando se percibe que las fluctuaciones del yen podrían desestabilizar la economía.
Por otro lado, el Banco de Japón sigue con una postura de política monetaria ultra laxa, lo que ha contribuido, según algunos analistas, a la caída del yen. No obstante, la posibilidad de cambios en la política del Banco de Japón añade otra capa de incertidumbre en el entorno económico actual.
A medida que el yen continúa su trayectoria descendente, la mirada está puesta en cómo las autoridades japonesas reaccionarán ante estos desafíos crecientes y si recurrirán a medidas más agresivas para estabilizar su moneda.