El precio de las gasolinas y el diésel en México experimentará cambios importantes a partir de octubre de 2024. Por primera vez en años, estos combustibles no contarán con subsidios. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) informó que los estímulos fiscales que se han aplicado para controlar los precios internos serán retirados, lo que podría provocar un aumento en los costos para los consumidores.
Impacto en los precios
La eliminación de estos subsidios es una medida que ha generado preocupación tanto entre la población como en el sector empresarial. Se espera que los precios de las gasolinas y el diésel aumenten significativamente, lo que podría tener un efecto dominó en diversos sectores de la economía.
De acuerdo con la SHCP, los subsidios han permitido contener los precios de los combustibles a lo largo de los años, protegiendo así el poder adquisitivo de los mexicanos. Sin embargo, esta política también ha significado un costo fiscal considerable para el gobierno.
El escenario sin subsidios podría verse de la siguiente manera:
- Un aumento en el precio de la gasolina Magna de hasta un 20%.
- Un incremento en la gasolina Premium de alrededor del 15%.
- El diésel, por su parte, podría subir un 18%.
Consultados por Expansión, diversos analistas destacaron que la eliminación de los subsidios es una medida necesaria para sanear las finanzas públicas. Sin embargo, también alertaron sobre los posibles impactos negativos en la inflación y el costo de vida.
“Es una decisión complicada, pero imprescindible en el contexto actual de las finanzas públicas del país,” explicó Carlos Ramírez, analista económico.
Las proyecciones sobre el comportamiento del mercado energético no son alentadoras. Algunos especialistas señalan que sin los subsidios, el impacto en el bolsillo de los consumidores será inmediato y considerable, afectando el transporte de mercancías y el costo de producción en diversas industrias.
La Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) también expresó su preocupación, subrayando que el aumento en el precio del diésel afectará directamente a los costos operativos de este sector, que ya enfrenta diversos retos económicos y logísticos.
Además, se teme que el incremento en los precios de los combustibles pueda acelerar la inflación, lo que derivaría en un menor poder adquisitivo para la población y un posible estancamiento económico.