En una reciente conferencia, Janet Yellen, la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, expresó que aún no ha observado una política clara por parte de China para abordar su baja tasa de gasto del consumidor. La falta de consumo interno en la segunda economía más grande del mundo es una preocupación que persiste, especialmente desde el ángulo de sus efectos en la economía global.
Desafíos persistentes para el crecimiento económico en China
Yellen indicó que la debilidad del consumo es un reto significativo. A pesar de las expectativas de que China podría desempeñar un papel estabilizador en la economía mundial tras la pandemia, el crecimiento del país ha sido menos robusto de lo anticipado. La economía china enfrenta una serie de desafíos estructurales que parecen limitar su capacidad de gasto interno.
A lo largo de su intervención, Yellen también enfatizó que la recuperación económica global depende en cierta medida de la capacidad de China para fomentar un crecimiento más equilibrado. Según sus declaraciones, las políticas que impulsen el consumo interno no solo beneficiarían a China sino también a las economías globalmente conectadas.
“No hemos visto todavía ninguna política que efectivamente estimule un aumento significativo en el gasto del consumidor,” afirmó Yellen.
El Instituto de Finanzas Internacionales estima que las cifras actuales de la economía china presentan preocupaciones en varios sectores.
- Reducción en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
- Aumento en la tasa de desempleo juvenil.
- Desaceleración en el sector inmobiliario.
- Disminución de las exportaciones.
De acuerdo con analistas del sector, la falta de una política de gasto clara podría tener implicaciones para la estabilidad y el crecimiento futuros de China, lo que también tendría un impacto en los mercados financieros globales. La comunidad internacional continúa observando de cerca cómo las autoridades chinas abordan estas preocupaciones, esperando señales de estrategias que devuelvan el dinamismo al sector del consumo.