El ciclo electoral en Estados Unidos se avecina con inquietudes sobre el impacto económico que podrían tener los candidatos más destacados, Donald Trump y Kamala Harris. Las empresas y los inversionistas están atentos a las políticas que cada uno podría implementar, ya que estas determinarán el rumbo económico del país y sus implicaciones para el comercio internacional.
Trump vuelve con promesas de reforma económica
Donald Trump ha manifestado su intención de seguir impulsando políticas económicas que busquen reducir las regulaciones y aumentar la competitividad de las empresas estadounidenses. En sus anteriores mandatos, implementó varios cambios fiscales significativos y renegoció acuerdos comerciales internacionales. Según analistas, su regreso al poder podría significar:
- Reducción de impuestos corporativos.
- Mayor enfoque en la desregulación de sectores clave.
- Políticas comerciales proteccionistas para reforzar la manufactura local.
Sin embargo, los críticos señalan que estas medidas podrían aumentar el déficit fiscal y provocar tensiones con socios comerciales.
Harris y una visión centrada en el desarrollo sostenible
Por otro lado, Kamala Harris plantea un enfoque económico que prioriza la sostenibilidad y la inclusión. Su agenda se centra en fortalecer la economía a través de inversiones en infraestructura verde y equidad laboral. Según sus declaraciones, sus principales objetivos incluirían:
- Promoción de energías renovables y reducción de la dependencia del petróleo.
- Políticas para aumentar el salario mínimo y mejorar los beneficios laborales.
- Inversión en infraestructura para fomentar el crecimiento económico sustentable.
“Nuestra economía debe ser fuerte y justa para todos, con un enfoque claro en el futuro,” ha expresado Harris en múltiples ocasiones.
Para las empresas mexicanas y sus socios comerciales en Estados Unidos, el resultado de las elecciones podría influir en cómo se desarrollan las relaciones comerciales y cuáles serán las oportunidades de inversión. La incertidumbre política está presente, y el sector empresarial debe prepararse para adaptarse a los posibles cambios en el horizonte internacional.